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Orígenes: Breve historia de la gastronomía rumana
“Si tuviera que tomar después de esta extraordinaria “tchiorba” y después de este sueño “tourta”, entonces diría no solo que, de hecho, el mundo no sabe nada sobre Rumania, pero tampoco ustedes, los rumanos, conocéis vuestros milagros. Como cocina, al menos, eres muy, muy rico en tu supuesta pobreza”.
Jacques Yves Cousteau
Lanzamos nuestro blog compartiendo un texto sobre la historia de la gastronomía rumana que nos parece excelente. Un artículo escrito por el Chef rumano Buzu, cuyas palabras hacemos nuestras.
Como veis en la cita, el gran oceanógrafo francés Cousteau descubrió Rumanía no solo a través de las investigaciones realizadas en el Mar Negro, sino a través de su gastronomía. Y cuando esta observación la hace un francés que ha entrado en contacto con la riqueza culinaria de tantos pueblos… sus palabras son mayores.
¿Cuánto sabéis de la historia de la gastronomía rumana? Seguro mucho a través de las familiares y sabores. Hoy queremos dar un paso más y os invitamos a recorrer la evolución a través del tiempo.
Los inicios
Hallazgos arqueológicos de los últimos 50-60 años muestran que los dacios durante el siglo II d.C. tenían una dieta bastante frugal con carne, miel de abeja, vinos y frutas como: uvas, manzanas, peras. Todos alimentos relacionados a la zona geográfica, que habilitaba la cría de animales, el cultivo y la caza.
Respecto a las preparaciones, los dacios no eran expertos en la preparación de lácteos, prefiriendo consumir leche de oveja y vaca crudas, mientras que las verduras que conocían en ese momento las comían hervidas: mijo, trigo sarraceno, así como el célebre trigo hervido, que con el paso del tiempo se convirtió en lo que hoy conocemos como coliva.
La ocupación romana trajo consigo la conocida ‘placinta‘, una variedad de sopas y caldos, panes, aceite de oliva prensado en frío conservado en ánforas, así como la ţestul.
Debido a la posición geográfica y a las riquezas que siempre ha tenido el país, Rumanía ha sido objetivo de varios pueblos invasores. Los rumanos aprendieron a comer rápido y de paso, lo que generalizó al consumo de hierbas y verduras crudas, así como de carne cruda o curada en seco.
Influencias en la historia de la gastronomía rumana
Entre el siglo III d. C. y el siglo XII d. C., el borsch de verduras con carne entró en la historia de la gastronomía rumana a través de los eslavos del sur del Danubio, al igual que el tenedor de dos puntas, traído por los comerciantes venecianos y utilizado en las casas de los señores locales.
Entre el siglo XIII y hasta alrededor de 1820, hubo un período de ocupación otomana, pero junto con esto hubo influencias griegas, árabes, armenias y bizantinas en la cocina rumana.
Fue en este período que los rumanos comenzaron a comer pilaf, ciulama, tocanita, tuslama, moussaka, ghiveci, zacusca y baklava. También llegaron las berenjenas tomates, cebollas, pimientos, membrillos, melones y maíz dulce.
Como resultado de la ocupación otomana, los rumanos se vieron obligados a adaptarse a la situación y cultivar más maíz -de allí la famosa mamaliga- y también a criar más cerdos.
También en este período, la influencia del patriarcado ortodoxo griego sobre la mayoría de los terratenientes empujó a la iglesia hacia un entorno más rural, una acción que condujo al nacimiento del calendario gastronómico de los períodos de ayuno religioso de carne.
Esto significó que varios alimentos fueron asimilados en la dieta rumana como el sarmale o la mamaliga, entre otros.
Occidentalización
La occidentalización de la comida rumana comenzó en el siglo XVIII con la revolución de 1848 y el retorno de aquellos que salían para estudiar en universidades de Viena, París y Berlín y que volvían a casa con una sed intensa por la modernización. Los primeros libros de cocina escritos en rumano comenzaron a aparecer en este período, como el de Kogalniceanu y Negruzzi “Carte de bucate boieresti”.
Pero el período verdaderamente moderno en la cocina rumana comenzó después de la Gran Unificación de 1918, cuando en Bucarest y otras ciudades comenzaron a abrirse lujosos restaurantes a cuyas cocinas llegaban chefs de Francia o Alemania, así como numerosos locales de restauración en los barrios de la ciudad.
De gran importancia fue la apertura por parte de Grigore Capsa de La Casa Capsa. Este renombrado local comenzó a dejar huella en el mundo culinario a través de recetas que demostraron estar más allá de cualquier tipo de imitación.
De 1947 a esta parte
Con la llegada del comunismo en 1947, la gastronomía rumana sufrió nuevas modificaciones producto de la eliminación de todo signo de occidentalización.
Este período, según el citado Chef rumano Buzu, dejó una huella duradera en la actitud ‘culinaria’ de los rumanos en el sentido de que muchos, en señal de libertad y de deshacerse de las ataduras de aquellos tiempos, adoptaron la comida rápida y comida chatarra en detrimento de los platos tradicionales rumanos, actitud que llega hasta hoy.
¿Qué pensáis al respecto? ¿Estáis de acuerdo con esta afirmación? Contadnos en comentarios y no dejéis de acudir a nuestras Tiendas Barsan si sois de los que disfrutan de la cocina tradicional y de los sabores de nuestra tierra como elemento de unión y añoranza.